Hoy 6 de febrero, Día Mundial de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, el Ayuntamiento de Torrelodones se suma a la campaña puesta en marcha por la ONG Save a Girl Save a Generation a través del proyecto “Su Voz”.
Financiado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, el proyecto tiene como objetivo sensibilizar, tanto a profesionales como a la población general, sobre la ablación o mutilación genital femenina a través del testimonio de las mujeres que la han sufrido.
Así, Erlinda Guasiruma, Renee Bergstrom o Asha Ismail ponen rostro a una práctica que atenta contra los derechos humanos de las mujeres y que aún en 2025 sigue vigente en algunos países y comunidades.
Pero ¿qué es la mutilación genital femenina?
La mutilación genital femenina (MGF) se define como cualquier práctica que involucre la alteración o daño a los genitales femeninos por razones no médicas. Aunque generalmente se realiza en algún momento entre el nacimiento y los 15 años de edad, ocasionalmente también se practica en mujeres adultas, pudiendo coincidir con eventos significativos como el matrimonio o incluso después del parto.
La Organización Mundial de la Salud clasifica la mutilación genital femenina en cuatro tipos principales: la clitoridectomía o resección parcial o total del clítoris, la “excisión” o eliminación del clítoris y los labios menores, la infibulación o estrechamiento de la abertura vaginal mediante la creación de un sello o un cuarto tipo que engloba procedimientos como la perforación, la incisión, el raspado o incluso la cauterización.
Contra los derechos humanos de las mujeres
230 millones de mujeres y niñas viven con las complicaciones de esta práctica que atenta directamente contra los derechos humanos y que constituye una de las formas más extremas de violencia de género en el mundo. Como declara Asha Ismail, el problema no fue tanto el dolor inicial como “todos los problemas que me traería a lo largo de la vida”. Entre las complicaciones más graves está la muerte por hemorragias incontroladas, infecciones graves o complicaciones en el parto. Es el caso de la doctora Renee Bergstrom que, asegura, “de no haber dado a luz en un hospital americano, seguramente habría muerto en el parto”.
¿Cómo podemos ayudar?
El pasado mes de octubre, la alcaldesa de Torrelodones, Almudena Negro, firmaba la Carta de Protección contra la mutilación genital femenina. La carta, elaborada por la ONG Save a Girl Save a Generation es una herramienta destinada a que las niñas en riesgo de sufrir mutilación la lleven consigo cuando viajen a sus países de origen, esperando que la ilegalidad manifiesta de la ablación disuada a la comunidad de origen a la hora de llevar a cabo esta violación de los derechos humanos.
En la propia web de Save a Girl Save a Generation pueden consultarse las formas de contribuir con la causa. Informarse sobre el tema, escuchar los testimonios de las supervivientes o contribuir económicamente con la ONG pueden ser acciones que, en última instancia, salven vidas.