Entre los fondos de nuestro Archivo Histórico hay auténticas joyas para cualquier investigador, pero si nos pidieran escoger sólo una de ellas creo que no dudaríamos en elegir el Proyecto de local denominado Salón de Recreo en la Colonia propiedad de D. Andrés Vergara en Torrelodones (Madrid), firmado en Madrid, el 24 de mayo de 1916, por el arquitecto Luciano Delage Villegas. Este Proyecto es capaz de contar, por sí solo, buena parte de la historia de Torrelodones, el desarrollo urbano de su Colonia y la sociología de la época.
Este Proyecto es capaz de contar, por sí solo, buena parte de la historia de Torrelodones, el desarrollo urbano de su Colonia y la sociología de la época. Hoy podría ser el Proyecto Básico de un Teatro para 500 espectadores, tanto en su documentación (Memoria descriptiva, Planta del Patio de butacas y de Palcos, Sección longitudinal y transversal y Fachada) como en la función y distribución de sus espacios. Pero ¿por qué se construyó un Teatro en la Colonia Vergara con capacidad para medio millar de personas, entre 1916-1917?
Para buscar una explicación habría que remontarse a los periodos revolucionarios de 1836-1841 y 1854-1856 que trajeron la supresión de los Señoríos y las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz. La llegada del tren en 1864, un paisaje privilegiado y las cualidades de las aguas hicieron el resto, permitiendo que la nobleza y la alta burguesía madrileñas se fueran asentando en Torrelodones para poder emular, a su manera, las villas de placer y los jardines a la italiana, que tradicionalmente habían estado destinadas a la realeza y a la corte.
Con la venta de los “bienes de propios”, desde el último tercio del siglo XIX, aparecieron los nuevos propietarios de fincas de explotación agropecuaria y de caza que más tarde se fueron transformado en fincas de recreo como El Berrueco, El Peñalar, Montealegre, Cantos Negros, El Tomillar, Canto del Pico, Los Ángeles, La Berzosilla, El Gasco, El Enebrillo, Las Marías y Panarras, siendo el Coto de Prado Grande la finca que dio origen al gran desarrollo urbano de la Colonia. Tras sucesivas ventas, esta finca pasó a denominarse Colonia Agrícola la Victoria y en el cambio de siglo parte de ella fue vendida al matrimonio Vergara dividiéndose en dos zonas denominadas Colonia del Rosario y Colonia Vergara.
El matrimonio Vergara, comerciantes de éxito con el pujante negocio de la sastrería en Madrid, poseían una gran visión comercial y, respaldados por su red de contactos sociales pertenecientes a la alta burguesía, apostaron por desarrollar el potencial que Torrelodones tenía como lugar de recreo privilegiado y próximo a Madrid para esa clase social compitiendo con destinos estivales como El Escorial o Cercedilla.
Emprendieron la construcción de 24 villas para alquiler con un estilo serrano y elegante de clara tipología centralizada, con porches y solanas corridas. También dotaron al lugar de servicios básicos como casa-cuartel, iglesia, telégrafos, teléfono, farmacia, teatro, viviendas sociales para empleados y parque, creando una auténtica Garden City, un conjunto autosuficiente de recreo en el privilegiado entorno natural de Torrelodones siguiendo los postulados del urbanista E. Howard. De aquella labor social y dotacional que el matrimonio Vergara ideó para este núcleo sólo queda la Iglesia y el Teatro (muy reformados), las casas del “Zeppelin” (resto del gran conjunto de viviendas sociales) y vestigios del parque.
Siguiendo los modelos paisajísticos de la época, la colonia contaba con su propio parque donde poder fomentar las relaciones sociales y disfrutar de una naturaleza más amable con su alameda, glorieta con estatua de fundición junto a un viaducto de hierro para cruzar la vaguada del arroyo Navallero y su fuente medicinal. De aquel frondoso parque sólo quedan recuerdos en la toponimia, algo de vegetación junto a la valla y cancela originales de entrada por la Calle Javier García de Leániz (de donde partía el viaducto para ir a la Estación) y los grandes pilonos de granito de acceso al parque por la calle Dr. Mingo Alsina.
Pero la calidad del edificio para Teatro superó al resto de las dotaciones de la Ciudad-jardín al contar con un prestigioso arquitecto que cuatro años antes había reformado el Teatro Infanta Isabel de Madrid con una fachada de aires modernistas en la que se inspiró para Torrelodones.
Por la memoria descriptiva y planos sabemos los materiales que aún permanecen en el edificio, como la fábrica de mampostería de piedra y las cuatro cerchas metálicas situadas a 7,40 m de altura, para poder cubrir el gran espacio de 20 m de largo por 15 de ancho, presidido por una elegante boca de escenario.
La planta alta, de estructura metálica volada sobre el patio de butacas e iluminación natural, disponía de 19 palcos para 6 espectadores cada uno, separados por tabiquería de ladrillo y barandillas de forja. Se accedía a ella por dos escaleras exteriores de directriz curva en piedra berroqueña, a cada lado de la fachada, formando una airosa exedra clásica que ocultaba el despacho de billetes y el retrete bajo los tramos altos de las escaleras.
La fachada era quizá el elemento más llamativo. Se organizaba de forma escalonada en tres calles principales entre pilastras de orden gigante donde se apoyaban pináculos, rematando cada lado de ella por la exedra clasicista. La calle central, de mayor altura, tenía un tímpano de cumbrera y otro bajo él sobre el cuerpo volado de la cabina. Los vanos estaban decorados con arcos rebajados entre pilastras que con los pináculos completaban la decoración modernista.
Al morir D. Andrés Vergara en 1918, su viuda, a la que nunca le gustaron los chismorreos que acarreaba el mundo del teatro, convirtió el denominado “Salón de Recreo” en las Escuelas Vergara, donándolas al Estado en 1923 como escuelas modelo hasta 1983 (actual Escuela Municipal de Idiomas) con sus sólidas casas para los maestros en la misma calle.
Antonio Iraizoz García, arquitecto y urbanista.
Fuentes
- VICENTE MUÑOZ, José de(1980). Escudo, Geografía e Historia de Torrelodones. Diputación Provincial de Madrid.
- Guía Arquitectura de Madrid. Servicio Histórico del COAM (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid).
- Archivo Histórico Municipal de Torrelodones.
Reportaje publicado en el nº 391 de la Revista de Torre. Puede descargar el archivo pdf de la revista aquí