Pilar Cid García: “Después de cincuenta años, sigo queriendo atender lo mejor posible a cada cliente”
Hija de Eulogia y de Faustino Cid Amor, más conocido como Tinín, matrimonio que el 28 de diciembre de 1972, hace ya más de cincuenta años, abrió las puertas del Mesón La Pera en la Colonia, negocio del que se hizo cargo hará veinticinco años.
Pilar, cincuenta años son muchos, ¿cuáles son tus primeros recuerdos de La Pera?
El primer día que mis padres abrieron el local yo entré con ellos y, al día de hoy, aquí sigo. En aquel momento tenía diez años recién cumplidos y como era muy vivaracha desde ese mismo momento empecé a ayudarles: secaba cubiertos, montaba las mesas, compraba el pan… y como no llegaba me tenía que subir sobre una caja de Coca-Cola para poder hacer un café y en otra para cobrar.
¿Qué tipo de comida ofrecéis?
Desde el primer día siempre hemos ofrecido comida casera de verdad. Aquí vienen a disfrutar un buen puchero, unas lentejas, potajes, los judiones, los guisos de carne, las albóndigas… además de la carne a la plancha, que es buenísima, el pecado, los huevos fritos con morcilla, que a todos les encanta, las croquetas, la tortilla de patata… Los postres también son caseros. Tenemos tarta de queso, flan, pudin, tarta de la abuela… en ocasiones también arroz con leche y leche frita.
Con muchos clientes tenemos tal familiaridad que me dicen: “avísame cuando hagas albóndigas”, otros se decantan por el bacalao, el potaje…. Cada uno tiene sus gustos. Muchos son los que vienen a comerse unos huevos fritos con puntillitas y patatas fritas caseras porque en La Pera todo es casero.
Estos platos, los clientes, ¿se los pueden llevar a casa?
Ahora es habitual que haya estableci-mientos de comida para llevar, pero La Pera lo ha hecho desde el primer día que abrió. Ya entonces la gente se llevaba las tortillas, las croquetas, la ensaladilla, el pisto… todas las comidas que elaboramos se pueden llevar. No atendemos a domicilio, pero puede venir a recogerlo.
¿Qué horario tenéis?
Los lunes, martes, miércoles y domingos hasta después de las comidas. Los jueves, viernes y sábados cerramos sobre las ocho, por lo que no frecemos cenas. Los sábados y domingos, generalmente, hay que reservar mesa, aunque siempre intentamos encontrar un hueco.
Medio siglo da para mucho…
La Pera es parte de la historia de la Colonia por lo que no me extraña que muchos me digan que es toda una institución. Cierto es que en Torrelodones hay otros negocios que son tan antiguos como el nuestro pero la gran mayoría han cambiado de dueño mientras que el nuestro lo han continuado los hijos. Sin embargo, el día que me retire mis hijos, Alejandro y Oscar, no van a seguir con el negocio pues cada uno tiene su vida y su trabajo. La hostelería es un trabajo muy sacrificado al que hay que dedicar y entregar muchas horas y ellos han tomado otro camino.
Estoy muy orgullosa porque por La Pera han pasado hasta cuatro generaciones de clientes ya que ahora vienen los biznietos de nuestros primeros clientes. Por eso La Pera es, con sus clientes, una familia ampliada y para mí un orgullo haber visto pasar por aquí a tanta gente por lo que siento hacia ellos amistad, agradecimiento, ilusión, amor…
La Pera es mi vida, aquí paso, siempre que me es posible, la mayor parte del día y, aunque sigo al pie del cañón, ya no le dedico tantas horas como antes, cuando abría sus puertas a las nueve de la mañana y no me marchaba hasta las dos de la madrugada. Cada día, después de 50 años, tengo la misma ilusión que la primera vez que entré en este local, ilusión por hacer las cosas bien, por ganar un cliente más y de atenderle lo mejor posible.
Mesón La Pera
Dirección: Carretera de la Estación, 51 (La Colonia).
Teléfono: 91 859 16 20
Reportaje publicado en el nº 396 de la Revista de Torre. Puede descargar el archivo pdf de la revista aquí