La rotonda del Dedo Gordo
Comenzamos en la rotonda del Dedo Gordo fijándonos en la curiosa forma de su monumento, el Dedo Gordo, el primer monumento natural que hubo en Torrelodones.
Con el tiempo, y en sus inmediaciones, surgió una pequeña aldea, compuesta por unas cuantas casas que formaban la Calle Real en la que predominaban los mesones, que poco a poco fue creciendo, aumentó el número de vecinos, y con las obras de ampliación de la Carretera de La Coruña (A-6) la piedra desapareció.
Mesón de Francisco de Baños
Caminando por la C/ Real, en la entrada del garaje de los números 18-20 y se encuentra el antiguo dintel de la puerta de entrada al mesón (con la inscripción J H S).
En el número 10 un restaurante ocupa el lugar de las antiguas caballerizas de dicho mesón, y en el número 4, nos encontraremos con un restaurante donde se encontraba “El mesón de Francisco de Baños” que Felipe II mandó construir a Juan de Herrera en el año 1589, porque la anterior posada “era maloliente y tenía allí el rey gran incomodidad a pesar de la mucha diligencia y cuidado que ponía el mesonero” y el monarca no podía descansar en las paradas que hacía cuando se dirigía a Valladolid, o a vigilar las obras del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
En una esquina de la Plaza de la Constitución se puede ver un rincón típico de Torrelodones formado por antiguas casas y la peña donde se colocaban las bandas de música para los bailes de las fiestas de antaño y de la actualidad.
Enfrente está el Ayuntamiento, formado por tres edificios de nueva construcción y un estanque con fuentes de agua. Hace años en este lugar se encontraba la antigua plaza de toros, derribada en 1972 al construir el edificio del Ayuntamiento.
La Plaza de la Constitución (peatonal) es lugar de reunión de vecinos y familias, con sus bares y terrazas.
Fuente del Caño
A escasos metros llegamos a una rotonda donde nos encontramos con la monumental “Fuente del Caño”, realizada en 1591 por encargo de Felipe II a Juan Aguado, cantero de Galapagar, y a Gaspar Rodríguez de Valladolid trabajador de El Escorial.
Su ubicación original se encontraba al final de la calle Carlos Picabea, justo al lado de la arqueta de piedra, de la cual se surtía de agua. La fuente, con dos caños y un pilón, tiene un frontón que está coronado por un frontispicio con tres bolas de piedra en él que se puede ver el escudo esculpido en piedra que representa la Casa Ducal del Infantado y de los Condes del Real del Manzanares.
Siguiendo por la Calle Carlos Picabea, llegamos hasta la arqueta de piedra antes citada. A su lado hay una fuente más moderna con la fecha escrita en caracteres romanos (<AÑO> MCMXXVI).
En 1926, hubo una gran sequía en Torrelodones y el Ayuntamiento decidió construir esta fuente para el uso de los vecinos.
Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora
Caminando un poco más nos encontramos con la Iglesia dedicada a la advocación de la Asunción de Nuestra Señora. Esta construcción no es la original, a lo largo de los siglos ha sufrido muchos cambios y reparaciones, desde el cambio de la entrada principal que ahora está tapiada y acoge a la pila bautismal, hasta la construcción adosada de la casa Parroquial.
En un documento del siglo XVI, (diciembre de 1563), se recoge que el Papa Pío IV ordena su construcción, siendo Felipe II el encargado de efectuarla. La iglesia es una construcción maciza totalmente de piedra berroqueña. Se entra por una puerta con un pórtico construido en la segunda década del siglo XX, el interior consta de una sola nave rectangular, donde en la cabecera descubrimos una imagen moderna de la Virgen de la Asunción, conserva el púlpito, y un coro de madera. La primera representación de la iglesia que se tiene constancia fue en el grabado de Pier María Baldi en 1668.
En la parte posterior del templo, en la plaza de Epifanio Velasco hay una reproducción del mojón de las cinco leguas, que era una prerrogativa para pagar impuestos, (el mojón original está en la pared de un chalet de Los Peñascales). En la misma acera de la calle, en su unión con la Avenida de Valladolid, en la esquina de la calle Profesor Alonso Parra, se encuentra el monumento de las Tres Cruces o el Calvario, (reproducción inaugurada agosto 2006) este monumento había sido destruido en 1931.
Fernando Villaverde Martín
Reportaje publicado en el nº 397 de la Revista de Torre. Puede descargar el archivo pdf de la revista aquí