El Ayuntamiento de Torrelodones, a través del Servicio de Protección Civil, está iniciando la implantación de un servicio de cardioprotección en diversos edificios y servicios municipales; Polideportivo, Campo de fútbol "Julián Ariza", Torreforum, Casa de Cultura, núcleo administrativo Pza. de la Constitución y vehículo de intervención sanitaria del Servicio de Protección Civil.
Esta red de emergencia consta, para cada edificio municipal, de una hornacina con un desfibrilador semiautomático (DESA) que se encuentra permanentemente geolocalizado y monitorizado, asegurando así su mantenimiento contínuo. En caso de hacer uso del mismo, automaticamente una central receptora se pone en contacto con el usuario para verificar si se trata de una emergencia sanitaria y, en caso de ser así, activar el incidente al teléfono de emergencias Madrid 112 y guiar al usuario en los pasos a seguir. En el caso de Protección Civil, el desfibrilador semiautomático se encuentra en un maletín formando parte del material de su vehículo de intervención sanitaria e igualmente conectado a la misma central receptora.
La siguiente fases de este proyecto será la impartición de la formación necesaria, reanimación cardiopulmonar (R.C.P.) y uso del DESA, a un total de 60 trabajadores municipales para la utilización correcta de dicha instalación.
¿Por qué un desfibrilador semiautomático?
Las enfermedades cardiovasculares constituyen en nuestro país uno de los problemas de salud más importantes. Cada año se producen en España más de 24.500 paradas cardíacas prematuras, lo que equivale a una media de una cada 20 minutos, ocasionando cuatro veces más muertes que los accidentes de tráfico, y la fibrilación ventricular es la responsable inicial de hasta un 85% de las paradas cardíacas extrahospitalarias.
Para combatir este problema, se ha demostrado la efectividad, utilidad y el riesgo ínfimo de la utilización de los desfibriladores semiautomáticos en la atención inmediata por parte de personal no sanitario preparado en espacios públicos. Además, numerosos estudios científicos avalan que su uso puede salvar la vida a personas que sufren fibrilación ventricular.
Esta efectividad disminuye muy rápidamente con el paso del tiempo; concretamente, por cada minuto de retraso en desfibrilar, sin que los testigos apliquen la resucitación cardiopulmonar (RCP) básica, se reduce la supervivencia en un 7-10%, de forma que después de 10 minutos las posibilidades de supervivencia son mínimas.
Es por este motivo por el que resulta fundamental la implantación de una red de desfibriladores lo más amplia posible en lugares de pública concurrencia, dónde aumenta el riesgo por el hecho de existir una mayor afluencia de personas. Es como lo han entendido algunas actividades de nuestro municipio (espacios comerciales, deportivos, empresas de vigilancia, etc…).
(31/07/2015)