Ambas iniciativas reconocen y homenajean a sus vecinos
El primer punto del orden del Día del Pleno del Ayuntamiento celebrado el día de ayer reconoció, por unanimidad, la labor continuada durante 41 años llevada a cabo por la asociación Minifútbol de Torrelodones concediendo a esta entidad la Medalla de Torrelodones a la Participación Ciudadana.
En sus intervenciones todos los portavoces de los grupos municpales glosaron la importancia y trascendencia de esta asociación, personificada en la figura de Javier García de Leániz, en la historia reciente de Torrelodones, que desde su fundación ha movilizado y unido a miles de vecinos de toda condición y edad.
Nuevos nombres de calles
Igualmente, y también por unanimidad, el Pleno aprobó renombrar un total de 11 calles del municipio situadas en el Sector 10 y UE-2. El acto transcurrió con un salón de plenos lleno por la presencia de numerosos vecinos, muchos de ellos familiares de aquellos a los que póstumamente se les otorgaba el nombre de una de estas vías públicas.
Fue Ángel Guirao, concejal de Vecinos por Torrelodones y miembro del Equipo de Gobierno, quien tomó la palabra para explicar no sólo los principios que han regido la selección de estas nuevas denominaciones sino, también, los méritos de cada uno de ellos. Con respecto a la primera de las cuestiones Ángel Guirao reflexionó sobre el hecho de que “cuando fallece un anciano, es como si se quemara una biblioteca. Y es verdad. Se refiere a la pérdida de la experiencia almacenada por esas personas que fallecen”.
Un reconocimiento a los vecinos
De ahí que en su intervención quisiera diferenciar entre aquellas denominaciones que corresponden a “vecinos notables, ya que su fallecimiento no les condena al olvido, pero es bueno el agradecimiento del municipio hacia ellos, que han llevado el nombre de Torrelodones por el mundo”, de aquellos otros vecinos “cuya principal gesta ha sido el mero hecho de serlo. No son ni particularmente relevantes ni famosos. Sus designaciones obedecen al cariño de los que los han conocido y querido, y que entienden que contar con una calle con su nombre es un pequeño y entrañable homenaje a estas personas”.
Los nuevos nombres de estas calles y sus méritos son las siguientes:
Calle Rodolfo Barón. Demógrafo. Diplomático salvadoreño, académico y pionero de la demografía histórica, que durante años estableció su residencia en la Colonia.
Calle Joaquín Rodrigo. Compositor. Gran compositor español, alguna de cuyas importantes piezas musicales las compuso en Torrelodones.
Calle Juan Muñoz Torregrosa. Uno de los más prestigiosos escultores españoles del siglo XX, de reconocida fama internacional con obra en los más importantes museos del mundo.
Calle Maestro Cubiles. Compositor y maestro de maestros al piano, y director de la Filarmónica de Berlín.
Calle Ángel Somalo. Quien durante muchos años fuera Juez de Paz en Torrelodones, con una gran dedicación y una enorme entrega a los demás.
Calle Rafaela Llorente. Vecina centenaria recientemente fallecida que, junto a Amparo Cantero, a la que también se le otorga el nombre de una calle, simboliza el homenaje del pueblo de Torrelodones a nuestras mayores, a aquellos que cuando fallecen hacen que la historia de Torrelodones se muera un poco.
Calle Amparo Cantero. Más conocida como “Amparito”, representación viva del tributo que Torrelodones quiere rendir a sus mayores.
Calle Rafael Martínez López. Maestro que en 1918 vino a Torrelodones donde, con la ayuda de la familia Vergara, logró poner en marcha la primera escuela mixta.
Calle Fernando Arbex Miró. Compositor y gran músico que formó parte de nuestra reciente historia musical. Integrante de grupos tan como Los Brincos, Alacrán y Barrabás. Además fue productor de numerosos artistas tan dispares como José Feliciano, Rita Pavone y Camilo Sesto, entre otros, así como compositor de alguno de los mayores éxitos de Miguel Bosé, Micky y Marisol.
Calle Constantino Benito Abad. Quien además de ser el Jefe de Telégrafos, con una reconocida integridad profesional, fue querido y apreciado por sus vecinos por su carácter y su lucha por la mejora de las condiciones de los vecinos menos favorecidos.
Calle Miguela Vicente Garcia. También centenaria, la “Sra. Miguela”, como era conocida, enviudó desde muy joven debiéndose hacer cargo de sus hijos. Su sencillez y discreción han sido méritos más que suficientes, para que su nombre quede en la memoria de quienes la conocieron.