Durante este confinamiento, cada tarde hemos salido a aplaudir al personal sanitario. Nos hemos acordado también de cajeros y repartidores, de los miembros de las fuerzas de seguridad, de los transportistas… De todos los que durante estas largas semanas han estado, y estarán, en primera línea combatiendo esta mortal enfermedad.

Pero detrás de ellos hay también miles de ciudadanos que desde una discreta retaguardia han querido dedicar su tiempo a ayudar desinteresadamente a los demás.

Torrelodones no ha sido una excepción, de ahí que en la memoria de nuestro pueblo confinado debe brillar con luz propia el gran número de vecinos que voluntariamente tomaron la decisión de contribuir generosamente a su comunidad aportando su tiempo y esfuerzo para ayudar a los demás y conseguir que la situación haya sido algo más llevadera.

Cuando uno dedica un poco de su tiempo a conocer quiénes son estos protagonistas y qué iniciativas han tomado se queda realmente asombrado de la magnitud de su esfuerzo y de los logros obtenidos. Pero sea cual sea la tarea que cada uno de ellos esté llevando a cabo, unas más notorias y otras más discretas, pero todas fundamentales, lo cierto es que su labor es mucho más que meritoria y si bien no están todos los que son, todos ellos son grandes protagonistas de esta memorable proeza.

Partiendo de unos cuantos vecinos conocidos hemos ido articulando lo que es, en definitiva, una cadena de agradecimientos: unos nos han dado el nombre de otros, y así hemos llegado a un tercero… Una selección de nombres que ha ido surgiendo de forma natural y una cadena siempre inacabada, pues, además de la importantísima labor que están llevando a cabo, a su vez reconocían el esfuerzo que paralelamente realizaban otros vecinos.
Seguiremos con esta cadena que queremos completar entre todos.

Bencid Falcon
Venezolano y de profesión comunicador social, es vecino nuestro desde hace ya más de dos años. A pesar del poco tiempo que lleva entre nosotros, cuando llegó este momento tan complicado, tomó la decisión de dar un paso adelante ofreciéndose como voluntario al Ayuntamiento.

“Con la aparición de la crisis del coronavirus decidí ofrecerme como voluntario al Ayuntamiento para colaborar en lo que hiciese falta. Durante dos días a la semana, los martes y jueves, y al igual que otros voluntarios, atiendo a todos aquellos vecinos que se han puesto en contacto con el Ayuntamiento para realizar donaciones. Para evitar desplazamientos innecesarios, los voluntarios nos desplazamos a las casas de los vecinos para recoger este material. En muchos casos se trata de mascarillas, incluso de máscaras para respiradores que ellos mismos han fabricado manualmente. Un caso muy emotivo fue cuando, el otro día, un niño se puso en contacto con nosotros para donar su mascarilla”.

Francisco González
Desde finales de 2002 regenta la pastelería-cafetería El Caballo Goloso, establecimiento que poco tiempo después abrió una sucursal en el Centro Comercial. Se trata de una pastelería que rápidamente adquirió fama al ofrecer un producto artesano de calidad pero que la crisis vírica alteró totalmente su ritmo diario.
“Como es lógico, como consecuencia de la crisis provocada por el virus y el consiguiente confinamiento, ha bajado muchísimo la presencia del público y, especialmente, el servicio de cafetería, aunque seguimos abiertos al público tomando todas las precauciones. Ante tal situación no nos quedó más remedio que ofrecer a los vecinos un nuevo servicio, el del reparto a domicilio de aquellos productos que habitualmente hemos venido elaborando. De esta manera, gracias a los pedidos que nos hacen por teléfono, la web o whatsapp, podemos atender a las solicitudes que nos hacen, pero hasta ahora limitados a Torrelodones. Pero, además, de atender estos pedidos también realizamos otras prestaciones como, por ejemplo, llevarles a casa la compra, realizar algunos recados…”

Ingrid Campo Ruiz
Ingrid, además de vecina de Torrelodones desde hace más de treinta años es arquitecto, habiendo obtenido un doctorado internacional en proyectos de arquitectura avanzada, y con una gran preocupación por el medio ambiente.

“Habitualmente los fines de semana mi madre y yo solíamos salir por el campo de Torrelodones para recoger basura. Pero al implantarse el confinamiento y ya no poder salir decidimos hacer algo, ayudar en esta difícil situación. Buscando una opción encontraría en internet tutoriales sobre cómo fabricar mascarillas y protectores faciales. A partir de ese momento las dos nos pusimos manos a la obra. He intentado que el diseño de los protectores faciales fuera de bajo coste, con materiales que habitualmente pueda tener uno en casa, y que no solo pudiesen ser reutilizables sino, también, esterilizar con un desinfectante común. Hasta el momento hemos elaborado treinta y tres mascarillas de tela y cuarenta y cinco protectores, siguiendo mi propio diseño. Todos estos artículos los hemos entregado al Ayuntamiento para que los haga llegar a quienes más los pueda necesitar”.

María Tafur
Vive en Torrelodones desde hace 3 años y, además de trabajar en los servicios informativos de RTVE, es payasa de hospital y la presidenta de la asociación La Moradita de Torrelodones.

“La asociación La Moradita no solo ha entrado a formar parte de La Plataforma del Voluntariado creada por la Comunidad de Madrid para en ayudar a la población más vulnerable al COVID-19, sino que, además, ha aportado al Ayuntamiento no solo once voluntarios sino, también, le ha propuesto algunas iniciativas que han sido muy bien acogidas. Igualmente, hemos creado en Telegram un canal de apoyo vecinal y nuestros voluntarios acompañan a quienes lo necesitan, por ejemplo, a las consultas del hospital. También, a través de donaciones de grupos de consumo, hemos repartido cestas de comida a personas con pocos recursos. Igualmente hacemos la compra o vamos a la farmacia cuando los interesados no pueden salir de su domicilio bien porque son personas mayores o porque han dado positivo, minimizando así el riesgo de contagio”.

Ana Bustamante
Desde 2007, hará casi trece años, Ana vive en Torrelodones. Totalmente integrada, decidió al poco tiempo de establecerse abrir una escuela de costura en el Pueblo -La Vieja Escuela- que, como consecuencia del confinamiento, debió cerrar sus puertas hace ya unas semanas.

“Al día siguiente de establecerse el confinamiento ya estaba dándole vueltas a qué podía hacer. Como en el sótano teníamos restos de plásticos, busqué un tutorial para aprender cómo se podían fabricar pantallas. Al poco tiempo toda mi familia estaba manos a la obra. Esto pronto trascendió entre mis alumnas e, inmediatamente, todas se ofrecieron para ayudar. Una amiga se brindó a hablar con Leroy Merlín para ver si podían aportarnos materiales. A los pocos días teníamos cientos de metros de plástico, bolsas de jardinería y cintas. También el Ayuntamiento de Torrelodones nos ayudó aportando diverso material, así como una alumna de la Escuela, Ana de Domingo, cuya familia tiene una fábrica, donó también plástico, ya cortado, para hacer pantallas. Llevamos fabricadas más de cinco mil pantallas y mil trecientas batas. De hecho, yo misma hice un patrón y todas las que tenían máquina de coser se pusieron manos a la obra a hacer batas. Todo este material ha sido distribuido a centros sanitarios y residencias de mayores de toda España, Guardia Civil, Policía Local y Mensajeros de la Paz…”

Margarita Fernández
Desde hace más de dos decenios Margarita vive en la Colonia siendo, profesionalmente, agente exclusivo del Punto Naranja de Nationale Nederlanden.

“Ya hace años había trabajado como voluntaria de ahí que ahora, y en la situación de crisis en la que nos encontramos, entendí que había vecinos que necesitaría de mi ayuda y colaboración. Por ello me ofrecí voluntaria en el Ayuntamiento. Mi primera labor fue comprar en un supermercado cubiertos desechables, lejía, bolsas de basura… y entregarlos en una residencia de la tercera edad. A partir de ese momento mi compromiso ha ido a más. Todos los martes y jueves, junto a otros voluntarios, acudo al Ayuntamiento y, por ejemplo, me desplazo a aquellos domicilios en los que están fabricando mascarillas para recogerlas, y también nos hemos incorporado a un grupo de voluntarios más amplio para el reparto de mascarillas a domicilio para aquellos vecinos que las necesitan y las piden al Ayuntamiento”.

Dra. Fátima Bermejo
Junto con todo el equipo del Centro de Salud de Torrelodones que ella coordina, es de las que ha vivido en primera línea toda esta crisis. Infatigable y siempre dispuesta a colaborar, no sólo está en estas páginas en representación de todos los trabajadores de nuestro ambulatorio, sino que también está siendo el enlace con el Ayuntamiento, con residencias de mayores, con clínicas privadas, con las fuerzas de seguridad, etc.

“Yo sé que al darme las gracias a mí, en realidad lo estáis haciendo a todo el personal del Centro de Salud. No puedo estar más orgullosa de cómo hemos trabajado todos, pero también del comportamiento, el civismo y la colaboración de todos los vecinos. Hemos vivido la pandemia con mucha preocupación, pero también con un gran sentido de responsabilidad y con esperanza. Me gustaría transmitir a todos los vecinos que seguimos cuidando de su salud, atendiendo a nuestros pacientes crónicos, y disponibles para todas las necesidades a las que nos ha enfrentado esta epidemia y también a los problemas de salud habituales. La parte más dura de esta crisis es la de los fallecidos, sobre todo de nuestros pacientes de residencias de mayores, que han sido uno de los puntos más complicados de gestionar y que más crisis nos han provocado en estos últimos meses. También quiero tener un recuerdo muy especial a todos los compañeros sanitarios que han perdido la vida. Por suerte la situación se está estabilizando y los datos que recibimos cada día invitan, siempre con cautela, al optimismo”.

Cristina Rolle
Desde hace doce años es vecina de Torrelodones, pueblo del que afirma está enamorada, localidad en la que vive con su pareja y sus dos hijas. Además de ser alumna de La Vieja Escuela trabaja como enfermera en el Hospital Puerta de Hierro.

“Desde que comenzó la pandemia los trabajadores del Hospital Puerta de Hierro hemos vivido situaciones muy complicadas que se sumaron a la falta de recursos materiales, por lo que nos vimos obligados, para protegerse, a utilizar archivadores, bolsas de basura y guantes de fregar. Ante esta situación a través del WhatsApp de La Vieja Escuela pedí ayuda, teniendo una rapidísima respuesta pues de inmediato se pusieron a fabricar pantallas faciales y batas. Mas tarde, y visto después de utilizarlas durante largos periodos de tiempo las mascarillas dejaban secuelas, busqué en internet encontrando que con impresoras 3D se podían fabricar sujeta-mascarillas que aliviaban muchísimo el dolor en las orejas, pero nosotras no disponíamos de estas impresoras. De ahí que se me ocurriese estos sujeta-mascarillas en casa con el material que tenía a mano. A partir de ese momento comencé a fabricarlos... y La Vieja Escuela se puso en contacto con Leroy Merlín, que ha donado alambre y silicona para su fabricación. Gracias a ellos hemos aumentado la producción y con la ayuda de los Dinamizadores de Torrelodones y de Protección Civil, estamos logrando hacerlos llegar donde más son necesarios.”

Jesús Fernández Peinado
Llegó a Torrelodones en 2007, por lo que está a punto de cumplir trece años entre nosotros, y al poco tiempo se incorporó al servicio de Protección Civil donde realiza todo tipo de tareas, si bien gran parte de su labor se centra en la formación y difusión.

“En la actualidad, encontrándonos bajo el estado de alarma, Protección Civil está bajo la dirección del Gobierno. En estos momentos nuestra labor principal es, fundamentalmente, logística: recoger y repartir material, distribuir mascarillas en puntos de alto movimiento (estación, paradas de autobús, necesidades de Servicios Sociales…) aunque también, y recientemente, hemos tenido que intervenir para devolver a la normalidad las calles tras la granizada que hubo. Igualmente, y visto la dureza del confinamiento, especialmente para los niños, pusimos en marcha una iniciativa que consiste en celebrar el cumpleaños de niños de entre tres y trece años. Mientras ha sido posible, hemos estado acudiendo junto con compañeros de Policía Local a cantarles “Cumpleaños feliz” y hacerle unos pequeños regalos: una gorra, un recortable con los vehículos de la Policía y Protección Civil y un cuaderno para colorear En cuanto a la asistencia a las residencias de la tercera edad es la Comunidad de Madrid la que nos convoca para recoger material y distribuirlo. Normalmente el reparto lo realizamos entre las que hay en nuestro municipio, pero, en ocasiones, también lo realizamos en otros próximos. También asistimos de forma voluntaria al Centro Coordinador del 112 de Pozuelo los fines de semana, que es cuando podemos”.

Padre José Delgado
Como sacerdote de la parroquia de San Ignacio de Loyola su labor tanto entre los vecinos como entre los feligreses es interminable es un intento por ayudar a quienes en estos momentos más lo necesitan.

“Ahora mismo, y por las circunstancias especiales por las que atravesamos, lo más imperioso que estamos haciendo es dedicar gran parte de nuestros esfuerzos a la residencia de ancianos Nuestra Señora de los Ángeles a fin de que los residentes estén lo mejor atendidos posible, tanto en sus necesidades materiales como espirituales. Como consecuencia del aislamiento a la que han sido sometidos los ancianos en la residencia, por lo que únicamente puede acceder a ella el personal básico, la colaboración ha sido de material. Por ejemplo, en un momento dado necesitábamos vitamina C y de pronto hubo una donación de cajas de naranjas, lo mismo ha ocurrido con productos de limpieza. Como tenemos la gran ventaja de vivir en un pueblo lo cierto es que está habiendo una respuesta solidaria muy intensa, muy bonita. Gracias ello siempre que hemos tenido que cubrir una necesidad ha habido una movilización muy fuerte. También quisiera destacar a la iniciativa de familias de la parroquia que se han puesto a fabricar mascarillas o pantallas, que se han distribuido por todas partes. Por supuesto, también acompañamos a familias con ingresos bajos, hemos estado presentes acompañando a las familias en los tanatorios en un momento en el que su asistencia estaba siendo tan limitada”.

Maria Jesús Plaza
Nacida en Santiago de la Puebla, un pequeño pueblo de Salamanca. Lleva trabajando en el sector de la limpieza viaria y recogida de residuos 30 años, de los cuales 24 en Las Rozas y seis en Torrelodones, habitualmente en la zona centro del Pueblo.

“Resulta una situación traumática para todos, tanto para niños como para mayores y jóvenes. El trabajar en unas calles y plazas desiertas de personas y coches es como si me hubiese quedado vacía. No hay gente, no hay movimiento porque todos están en casa. Los primeros días me traumatizó mucho porque, además, hay personas que ya no están. Pero enseguida me di cuenta que este es un mal momento que había que superar. Además, todos los trabajadores disponemos de un equipo de protección individual. En estos difíciles momentos no tenemos que olvidarnos de todos aquellos que siguen trabajando en el sector del medioambiente, pero también a todos los que sabemos: sanitarios, los trabajadores de las residencias, policías, bomberos, militares… todos los que somos un servicio público y estamos expuestos permanentemente por nuestro trabajo.”

Informacion publicada en la Revista Municipal de Mayo 2020