El Teatro Real inaugura temporada con la ópera Adriana Lecouvreur, un título que nunca se había representado en su escenario, a pesar de ser tan popular como Andrea Chénier o Tosca.

Adrianne Lecouvreur

Fue un personaje histórico, una famosísima actriz de la Comédie Française -debutó en 1717- que llegó a actuar en su escenario en más de mil quinientas representaciones a lo largo de trece años, considerada como la mejor intérprete de su tiempo. Amante del conde de Sajonia,  fue envenenada, supuestamente, por la princesa de Bouillon, ex amante del conde, cuando contaba 38 años de edad.

Cien años después de su muerte, en circunstancias misteriosas, el mito de la actriz seguía en el apogeo de su gloria y dio origen a una obra de teatro y, más tarde a la ópera.

Adriana Lecovreur ofrece un argumento tremendista, lleno de amores imposibles, muertes grandilocuentes y situaciones complejas, que busca reflejar la vida real, aunque sea con una gran carga trágica. A diferencia de otras obras veristas, el título de Cilea es de corte aristocrático, pero con el mundo del teatro y sus entresijos como telón de fondo. Así, la propuesta del director de escena David McVicar recrea el teatro dentro del teatro, y ponendo de manifiesto, con todo lujo de detalles el fascinante mundo artístico del siglo XVIII, así como la vida y costumbres palaciegas de entonces.

Dirigida musicalmente por Nicola Luisotti y con las extraordinarias voces de María Agresta (Adriana Lecouvreur), Matthew Polenzani (Maurizio) y Ksenia Dudnikova (princesa de Bouillon), en los papeles protagonistas, la función promete ser inolvidable.

El Teatro Real va a dedicar estas representaciones al legendario tenor José Carreras, que hace cincuenta años interpretó el rol de Maurizio en unas inolvidables representaciones de Adriana Lecovreur en el Teatro de la Zarzuela, junto a Montserrat Caballé.. 

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