Desde la creación del Servicio y la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil, y siempre que la disponibilidad de personal lo ha permitido, se ha dedicado una parte del tiempo a formar a los alumnos de los centros educativos del municipio en materia de prevención y autoprotección. El objetivo de estas formaciones es dar a conocer al alumnado cómo deben comportarse en caso de una emergencia, ya sea en el propio centro educativo, en su hogar o en espacios públicos.
Dicha formación en los centros escolares está intrínsecamente ligada a su plan de autoprotección, que obliga tener a todo el personal informado de los posibles riesgos colectivos que pueden afectar al centro (incendio, inundación…), los medios de protección que poseen para hacer frente a los mismos (extintores, bocas de incendio equipadas, …), así como estar entrenados en las pautas a seguir en cada momento (detección y alarma, evacuación o confinamiento, intervención…). Y todo ello con el objetivo de que, si sucediese la emergencia, todo pueda discurrir de una forma rápida, ágil y segura.
Asimismo, los centros escolares realizan anualmente un simulacro de emergencia, que suele consistir en aparentar que sucede una emergencia, por lo general originada en su punto de mayor riesgo (cuarto de calderas, cocina…), que obliga al centro a ser evacuado o confinado según las circunstancias. Todo esto es supervisado y evaluado por el Servicio de Protección Civil quienes, una vez finalizado el simulacro, informan de posibles errores o actuaciones a mejorar.
Las charlas que se imparten suelen ser básicas, con pautas y conceptos muy claros y sencillos que hacen que, año tras año, el alumnado vaya adquiriendo un conocimiento vital que les será de utilidad en su día a día. Entre esas pautas, se les inculca mucho el mantener silencio en caso de escuchar la activación de las señales acústicas de emergencia, indicándoles que el silencio es su mejor aliado, pues deberán escuchar y recibir instrucciones de por donde salir. También se insiste en que no deben perder tiempo en recoger nada (abrigos, mochilas, …), ni ponerse abrigos en caso de evacuación, que deben salir con lo que tengan en ese momento y que no deben correr, sino salir en una fila ordenada.
Dependiendo de la edad de los alumnos, las charlas se completan con pautas de actuación, no solo en el centro escolar sino también para que puedan aplicarlas fuera de él, ya sea en casa o en distintos espacios de publica concurrencia. Haciendo hincapié en no coger ascensores en caso de incendio, no entrar en sitios o escaleras en las que haya humo y, sobre todo, en cerrar puertas y ventanas.
Al alumnado de Educación Infantil estas pautas les son introducidas a modo de juego. Por ejemplo, se les invita a jugar al tren en caso de que suene un timbre especial, formando parte del mismo como locomotora y vagones, que los profesores son los jefes de las estaciones y que en ese tren viajan bebés van durmiendo y que para que no se despierten no pueden hablar.
De esta forma se intenta fomentar una cultura preventiva en los más pequeños que, como verdaderas “esponjas”, absorben estas nociones, transmiten estos conocimientos al núcleo familiar y asientan, de esta manera, la semilla de la prevención en el hogar.
Reportaje publicado en el nº 404 de la Revista Municipal de Torrelodones. Puede descargar el archivo pdf de la revista aquí