Sinopsis

Cornelius nace en 2014 como alter ego del arquitecto José M. Espinel. La relación entre ambos, sus contradicciones especialmente, son esenciales en el  desarrollo del proceso creativo que se origina de forma autodidacta. Trabaja principalmente en la representación del espacio como elemento que relaciona todo lo que percibimos, a través de una notable influencia de la arquitectura y escultura contemporáneas, con una geometría única y una profunda conexión emocional.

La obra de Cornelius se caracteriza por su atemporalidad y su capacidad para transmitir una sensación única de introspección y contemplación. Sus pinturas y esculturas desafían las normas tradicionales del arte y abren nuevas posibilidades de expresión emocional.

En cuanto a los materiales utiliza restos de madera deshechados, y pinturas basadas en el agua y combinadas de forma inusual (acrílicos, acuarela, ceras, lápiz).

El carácter del material es parte de la obra, tanto en el caso de la madera como en el de el papel. La porosidad, textura, estructura y color de la base forman parte de la obra.

Con respectoal título de esta exposición es difícil determinar con precisión qué parte de lo que recordamos es realmente imaginado, ya que nuestra memoria es un proceso complejo que puede ser influenciado por varios factores. Es posible que, con el tiempo, algunos detalles de un recuerdo se distorsionen o se mezclen con la imaginación. Además, nuestros sesgos cognitivos y emocionales también pueden influir en cómo recordamos eventos pasados.

Nuestro cerebro tiene la capacidad de construir imágenes mentales a partir de información fragmentada o incompleta. A veces, cuando se nos presenta una imagen parcial o borrosa, nuestro cerebro puede completar los detalles faltantes y generar una representación mental más completa del objeto. Esta capacidad de completar información faltante nos permite reconocer una imagen que no hemos visto antes porque estamos "llenando los espacios en blanco" con nuestra interpretación.

Nuestro conocimiento cultural y nuestras experiencias previas también pueden influir en nuestra capacidad para reconocer imágenes. A lo largo de nuestras vidas, acumulamos una gran cantidad de información visual sobre objetos, lugares y personas. Esta experiencia previa y familiaridad con ciertos patrones visuales nos ayuda a reconocer imágenes similares o relacionadas, incluso si no hemos visto esa imagen específica antes.

La falta de una representación figurativa concreta en las imágenes abstractas puede permitir que nuestra mente vagabundee y se conecte con diferentes interpretaciones y emociones.

Esta libertad de interpretación puede generar un sentido de fascinación y descubrimiento personal, lo cual puede resultar atractivo.

la capacidad de una imagen para emocionar puede depender de su contenido emocional, la conexión personal del espectador, la composición y técnica utilizada, las experiencias previas del individuo y el contexto cultural en el que se encuentra. Cada persona también puede tener respuestas emocionales únicas y subjetivas a las imágenes, lo que puede explicar por qué una imagen puede emocionar a alguien y no así a otra persona.

EN EL ESPACIO CORNELIUS

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C.V