Estamos ante una obra realizada alrededor del año 1425, es decir, en un momento de transición entre la pintura gótica y el Renacimiento. De la época medieval quedan rasgos como la minuciosidad propia de la miniatura.
La luz y el color son ya renacentistas, así como la austeridad de la arquitectura.
Este puente entre el gótico y el renacimiento resume el paso de un estilo artístico a otro, mucho más desarrollado y avanzado en Italia que en el resto de Europa, y el autor que marca esta transición es Fra Angélico.